Si nos fijamos en la RAE, la redundancia es la «repetición o uso excesivo de una palabra o concepto». Si queremos ser más técnicos, involucraremos el término pleonasmo, que es el «empleo en la oración de uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo».
La lengua española es redundante de por sí, sobre todo en aquellas regiones o países en los que gusta recurrir a la exageración en el discurso, como es en Andalucía o en Venezuela, donde escucharás decir que valga la redundancia con frecuencia. La Academia permite el uso de algunas redundancias que enriquecen el idioma y se han sabido mimetizar a la perfección en el día a día de los hispanohablantes.
Sube para arriba o baja para abajo. ¿Te imaginas subiendo para abajo o bajando para arriba? ¡Siempre podemos desafiar las leyes de física para intentarlo! La RAE nos permite ser redundantes en el uso oral y coloquial de la lengua española, siempre y cuando usemos estos recursos con valor expresivo o enfático, pero nos aconseja evitarlos en los textos escritos.
Aquí tenemos dos ejemplos de pleonasmo expresivo, por tanto, son correctos. Qué extraño es utilizar estas expresiones cuando en teoría no puedes ver a través de los ojos de otra persona u oír con sus oídos. ¿Es esto cierto? Pues… preguntémosle a las personas con ceguera o sordomudas, ¡te dirán que sí ven a través de sus perros guía o son capaces de escuchar cuando alguien les interpreta en lengua de signos!
Es más, ¿has viajado alguna vez a través de los ojos de un amigo? Muchas de nuestras amistades nos mandan fotos de sus viajes y nos hacen partícipes de ellos de alguna manera.
En esta «presunta redundancia» no hay incorrección alguna ya que puede aportar matices nuevos. Todas las citas son previas, pero por cita previa entendemos que es la que se hace con antelación y por algún canal no directo, como son el teléfono o Internet. Si quedas con tu colega, tienes una cita, pero evidentemente no tiene el matiz de previa.
El uso de las redundancias depende del carácter irónico de la persona que habla, pero no debemos tomarnos licencias que no nos corresponden, como en la redundancia incorrecta casualidad imprevista, que carece de valor enfático o estilístico. Todos sabemos que la «casualidad» es una circunstancia que no se puede prever.
En iScribo te aconsejamos que sigas la lógica que dicta tu cerebro y luego, poco a poco, irás conociendo todos los detalles que te permitirán dominar la lengua española. Con la ayuda de nuestra herramienta aprenderás a usar redundancias que están permitidas. ¡Pruébala hoy!
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