La palabra palíndromo proviene del griego que significa “que recorre a la inversa”. Poético. Ahora, en palabras simples, un palíndromo es una frase o palabra que se puede leer igual de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Los anagramas, en tanto, son palabras (o frases) que resultan de la transposición de letras dentro de otra palabra.
Los palíndromos y los anagramas son ejercicios del lenguaje que lo convierten en un juego y desafío de ingenio. Estos juegos son tan antiguos que Duncan Fishwick, historiador británico, y autoridad mundial a la hora de hablar de la historia romana, decía que la composición de palíndromos era un pasatiempo de la nobleza romana. De hecho, uno de los palíndromos múltiples más famosos es el célebre cuadrado se Sator, hallado en las ruinas de Pompeya, pero presente también en otros restos de edificios romanos.
Este palíndromo está formado por cinco letras escritas en latín y dispuestas de manera que se pueden leer de izquierda a derecha o viceversa y de arriba abajo y a la inversa:
SATOR
AREPO
TENET
OPERA
ROTAS
El significado de este palíndromo aún es tema de estudio y debate, pues las opiniones están divididas entre quienes le dan una interpretación religiosa, cabalística u otras vinculadas al acontecer cotidiano de la época.
Amor, Roma y mora
En el español contemporáneo, uno de los grandes referentes de los palíndromos es el escritor guatemalteco Augusto Monterroso, maestro del microrrelato y también inventor prolífico de muchos palíndromos.
Monterroso habló sobre este juego de en su texto Onís es asesino, un acusatorio palíndromo en sí mismo, donde reflexiona sobre el arte del juego de palabras y sobre cómo el español parece ser un idioma particularmente propicio para los juegos de palabras. En este texto hace un recorrido por diferentes juegos que se pueden hacer con palabras, describiendo reuniones con otros escritores en los que pasaban tardes o noches enteras jugando y compartiendo sus creaciones. He aquí algunos ejemplos:
¡Acá, caca! Augusto Monterroso
Amo a la paloma. Carlos Illescas.
Odio la luz azul al oído. Rubén Bonifaz Nuño
Madam, I’m Adam. James Joyce.
Somos laicos, Adán; nada social somos. Carlos Illescas.
Los anagramas son un juego lingüístico parecido al palíndromo, pero menos exigente: amor, Roma y mora son todos anagramas, pero también los hay más extensos como Camilo Ruge, anagrama de murciélago.
El anagrama es también un método para encriptar mensajes como Lalo Barrubia, escritora uruguaya cuyo seudónimo oralmente es un anagrama de la loba rubia. Avida Dollars es otro gran ejemplo de anagrama con mensaje encriptado, y corresponde al anagrama que ideara André Breton para referirse despectivamente a Salvador Dalí y su sed de dinero en desmedro del de creador.
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