Desde que la piedra Rosetta fue descubierta, en 1799, pasaron 23 años para que se lograra descifrar el método de lectura de los jeroglíficos egipcios, principalmente gracias a los estudios realizados por Thomas Young, lingüista inglés y a Jean-François Champollion, historiador francés.
Las similitudes entre los jeroglíficos del antiguo egipcio y los emoticones de la era digital son evidentes, sin embargo, sus diferencias son remarcables: los jeroglíficos fueron un idioma completo, representado en un sistema de escritura de reglas estrictas; aunque una persona analfabeta puede entender algunos símbolos básicos, se requiere un alto nivel de destreza para manejarlo en su totalidad.
Los emojis, por otro lado, han nacido bajo el alero de los mensajes digitales de las redes sociales, y aquí prima la economía del lenguaje. La palabra emoji deriva de emoticón o emoticono y ésta a su vez procede del inglés emoticon, acrónimo de los términos emotion (emoción) y icon (ícono). Tanto los emoticones como sus sucesores emojis nacieron, como representaciones icónicas que complementan los textos escritos, añadiendo matices o complicidades en el lenguaje.
Escribir con imágenes 😎 😏
En una conversación escrita la entonación y todo lo que aporta la comunicación no verbal desaparece y aunque los emoticones son elementos característicos del lenguaje escrito, acercan a quien los use al ámbito de la oralidad. Aportan a la comunicación escrita de la mensajería digital un estilo híbrido de comunicación. A ellos se les puede atribuir un cambio en la entonación, en el volumen de la voz, un gesto facial, un determinado movimiento del cuerpo, en fin. Acciones de propias del ámbito de estudio de la lingüística pragmática, que de no ser por los emoticones no estarían presentes en la conversación por chat.
Un emoji es un comodín dentro de la conversación escrita, ya que explica de manera fácil y rápida la intención del emisor y muchas veces rompe el hielo o quita la aparente brusquedad de lo dicho con palabras. Puede indicar que uno está muy cansado 😴 sin necesidad de decirlo escribiendo muchas palabras. Se pueden expresar hipérboles como estar “rojo de ira” 😡, “estar a punto de estallar” 🤯 o “muerto de frío” 🥶.
Con un emoji podemos pedir discreción 🤫, podemos expresar tristeza 😞, empatía 🙏, etc. En definitiva, las imágenes economizan, y al mismo tiempo potencian, la función expresiva del lenguaje. Le dan sabor, con una importante carga cultural.
Historia del emoji
En 1844 el código morse fue utilizado por primera vez como sistema de comunicación telegráfico. ¡¿Qué tendrá que ver eso con los emojis?!, te preguntarás. Bueno, ahora viene el detalle interesante: resulta que, en 1857, es decir, 13 años después de que se comenzara a utilizar este código, el National Telegraphic Review and Operators Guide documentó que el número 73 del código se comenzó a utilizar para expresar “amor y besos” y luego derivó a algo más formal como “saludos cordiales” o “los mejores deseos”. De hecho, en la actualidad hay muchos radioperadores que dicen “73” al final de una llamada amigable justamente por esto, ya que sigue sigue siendo una manera cercana de despedirse o dar las gracias.
Día del emoji
A raíz de todo el revuelo comunicacional que han tenido los emojis en la era digital, el año 2010 surgió una curiosa festividad llamada El día del emoji. A partir de ese año, cada 17 de julio se celebra el día mundial del emoji. Se decidió escoger esta fecha debido a que los primeros 176 emojis se crearon en 1999. Hoy es el consorcio Unicode (integrado por Apple, Microsoft, Google e IBM) el encargado de crear nuevos emoticones.
Si te animas, debes saber que cualquiera puede presentar una propuesta para crear un nuevo emoticono, pero no es tan fácil. Debe cumplir con requisitos formales y demostrar que la imagen va a tener un nivel esperado de uso. Así que ya sabes, si quieres presumir que la incorporación de un nuevo emoji fue gracias a tu gestión observa tu entorno y ¡juegue, aquí todos te apoyamos! 😉 XD
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