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El español como lengua La lengua en la actualidad

Expresiones y modismos regionales: un viaje por los dichos del mundo hispanohablante

El español es un idioma tan diverso como los países que lo hablan. No importa si estás en Madrid, Buenos Aires, Ciudad de México o Medellín: en cada rincón del mundo hispanohablante encontrarás expresiones únicas que pueden hacerte reír, confundirte o incluso meterte en aprietos si no las entiendes bien. Estas frases y dichos reflejan la cultura, el humor y la historia de cada comunidad.

Algunas de estas expresiones son tan graciosas que, si las tomamos literalmente, parecen absurdas, mientras que otras son pura creatividad popular. Acompáñanos en este recorrido por algunos de los modismos más curiosos y divertidos que se usan en distintos países hispanohablantes. ¡Seguro que más de uno te sorprenderá!

España: Entre «flipar» y «estar en las nubes»

En España, las expresiones coloquiales son un arte. Si alguien dice que «está flipando», no significa que esté dando volteretas, sino que está asombrado o sorprendido. También es común escuchar «estar en las nubes» para referirse a alguien distraído o despistado.

Los madrileños, por ejemplo, pueden exclamar «¡Vaya tela!» cuando algo les parece increíble, mientras que en el sur del país se oye con frecuencia «¡Ojú!» como expresión de asombro o cansancio. Y si un español te dice que «estás en la parra», mejor presta atención, porque significa que no estás poniendo interés en lo que te dicen.

México: «Aguas», «chido» y «se me hace gacho»

En México, el español está impregnado de coloridas expresiones. Una de las más conocidas es «¡Aguas!», que no tiene nada que ver con el líquido, sino que es una advertencia para estar alerta. Si algo es bueno o cool, es «chido», y si alguien dice «se me hace gacho», significa que algo le parece feo o desagradable.

Si un mexicano te dice «no manches», puede estar sorprendido o en desacuerdo contigo, mientras que «estar hasta las chanclas» indica que alguien ha bebido demasiado. Y si escuchas «me vale», significa que a esa persona no le importa en absoluto lo que esté pasando.

Argentina: «Un quilombo», «posta» y «che»

El español rioplatense también tiene su propio repertorio de modismos. En Argentina, «quilombo» no se refiere a una danza, sino a un caos o problema serio. «Posta» es una forma de afirmar que algo es cierto, similar a «de verdad». Y si alguien te llama «che», simplemente está atrayendo tu atención.

Un argentino puede decir «me la banco» para indicar que soporta una situación difícil, y si algo «pinta bien», es porque tiene buen pronóstico. Y si escuchas «un pibe», están hablando de un chico o joven.

Colombia: «Estar amañado», «berraco» y «vaina»

En Colombia, el español tiene un ritmo propio, lleno de expresiones encantadoras. «Estar amañado» significa sentirse cómodo en un lugar, mientras que «berraco» puede referirse a alguien valiente o, dependiendo del contexto, a una persona enojada.

«Vaina» es una palabra comodín para referirse a cualquier cosa, ya sea positiva o negativa. Si alguien dice «me da mamera», está expresando pereza o desinterés. Y si escuchas «parce», es la versión colombiana de «amigo» o «compadre».

Chile: «Andar pato», «fome» y «cachar»

El español chileno también tiene un sabor único. «Andar pato» significa estar sin dinero, mientras que «fome» describe algo aburrido o sin gracia. Si un chileno dice «¿cachai?», te está preguntando si entiendes.

«Carrete» es la palabra clave para fiesta, y «hacer una vaca» no implica animales, sino reunir dinero entre varias personas para un gasto común. “Andar arriba de la pelota” es estar ebrio, porque literalmente si te subes a una pelota pierdes el equilibrio 🤣.  Si alguien «tira la talla», simplemente está bromeando y si te dicen “chicotea los caracoles” te está apurando, pues chicota es un tipo de látigo. Si alguien te cuenta que “Claudio le pintó el mono” significa que él le llamó la atención o le corrigió por algo. Por otro lado, “pintamono” también puede significar hacer payasadas, hacer el ridículo para llamar la atención, por ejemplo, al decir “Claudio es un pintamonos” o lo que es lo mismo, “Claudio está dando jugo”.

Dejar a alguien como “chaleco de mono” significa que hablaron mal de él a sus espaldas.  Y una última con animales: “echarse una manito de gato” significa arreglarse cuidadosamente antes de salir💅.

Un idioma, mil maneras de decirlo

El español, como todas las lenguas, está moldeado por la cultura y la identidad de cada país. Por ello, los modismos y expresiones regionales enriquecen la comunicación y reflejan la historia y el ingenio de sus hablantes.

Si viajas por el mundo hispanohablante, prepárate para descubrir que lo que en tu país significa una cosa, en otro puede ser completamente diferente. Y lo mejor de todo: aprender estos modismos es una de las maneras más divertidas de sumergirte en una nueva cultura. ¡Así que ya sabes, ponte las pilas y sigue explorando el fascinante mundo de las palabras!

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Cultura de la lengua española

¿Por qué diferenciamos entre yerno y nuera? Origen de estas palabras

El español, lleno de curiosidades y herencias lingüísticas, también guarda secretos en palabras que usamos a diario. Hoy nos detenemos en el peculiar caso de yerno y nuera, los términos que usamos para referirnos al esposo o esposa de nuestros hijos. Pero ¿por qué no decimos nuero y yerna?

El origen etimológico de yerno y nuera

La palabra yerno proviene del latín gener, que se relaciona con conceptos de genealogía y linaje. En latín clásico, gener designaba específicamente al esposo de la hija, reflejando la importancia de los roles familiares en la sociedad romana. El término evolucionó fonéticamente al gignere en latín vulgar y finalmente al yerno en español.

Por otro lado, nuera proviene del latín nurus, que significaba «esposa del hijo». Esta palabra compartía una raíz con términos relacionados con el cuidado o la crianza, un eco de los roles tradicionales asignados a las mujeres en las familias antiguas. Así, ambas palabras tienen raíces latinas y roles bien definidos desde tiempos remotos​.

¿Por qué no existe nuero ni yerna? La ausencia de términos como nuero y yerna puede explicarse en gran parte por cómo las lenguas reflejan las estructuras sociales históricas. Las lenguas suelen codificar en sus palabras los roles que tenían mayor relevancia cultural. En las sociedades patriarcales de la antigüedad, las relaciones de parentesco con el esposo de la hija (yerno) y la esposa del hijo (nuera) eran las más importantes para el mantenimiento del linaje y las alianzas familiares.

Por el contrario, no había tanta necesidad de definir categorías «espejo» como yerna o nuero, porque estas relaciones no tenían el mismo peso cultural o simbólico en esos contextos. El idioma simplemente no desarrolló palabras que no fueran necesarias para su función social.

En contraste, suegro y suegra existen porque ambas relaciones –con el padre y la madre de la pareja– tenían relevancia en las estructuras familiares. Estas palabras también provienen del latín: socrus (suegra) y socrer (suegro), y refuerzan la simetría en las relaciones de parentesco ascendentes.

El idioma, al igual que la cultura, se adapta a lo que la sociedad necesita nombrar. Así, mientras seguimos utilizando yerno y nuera, recordamos que nuestras palabras son un testimonio vivo de las tradiciones y estructuras de nuestros antepasados.

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Cultura de la lengua española

Dilo aquí y no allá: las múltiples vidas de una palabra en el español del mundo

El idioma español, con más de 500 millones de hablantes en todo el planeta, es un caleidoscopio lingüístico donde una misma palabra puede transformarse en mil significados dependiendo del lugar. Lo que en un país puede ser un término cotidiano e inofensivo, en otro puede desatar risas, confusión o hasta una situación embarazosa. Descubramos cómo el español navega estos ríos de diversidad semántica y cultural.

El arte del malentendido

Imagina que un argentino comenta que necesita una “pila” para su control remoto, y un mexicano responde que él tiene muchas “pilas”. Aunque ambos mencionan la misma palabra, están hablando de cosas distintas: en Argentina, “pila” es una batería, mientras que en México significa energía o entusiasmo. Esta dualidad ilustra el fenómeno de polisemia contextual que caracteriza a nuestro idioma.

Otro ejemplo icónico es la palabra “guagua”. En Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y Canarias significa un autobús urbano, pero en Chile, el Norte de Argentina y el sur de Perú, es un término cariñoso para referirse a un bebé. Mientras tanto, en Colombia o Ecuador, “guagua” se refiere exclusivamente a un niño pequeño. Así, una palabra tan pequeña puede transportar significados completamente distintos dependiendo del contexto cultural.

Si hablamos de “taco” todos en México pensarán de inmediato en comida, en cambio en Chile alguien puede decir “llegaré atrasado porque estoy en un taco” y todos saben que están hablando de una congestión vehicular.

Cuando la comida habla

La gastronomía también es terreno fértil para los malentendidos. En México, una “torta” es un sándwich; sin embargo, en España, es un tipo de pastel o tarta. ¿Y qué pasa con el “maní”? Este delicioso fruto seco es conocido como “cacahuate” en México, “cacahuete” en España y simplemente “maní” en Argentina, Chile y otros países de Sudamérica. Viajar puede convertirse en una aventura lingüística cuando la carta del restaurante parece un acertijo cultural.

Las trampas del doble sentido

Algunas palabras adquieren connotaciones humorísticas o inesperadas en ciertos países. Por ejemplo, “chucho” puede referirse a un perro en El Salvador, pero en otros lugares como Guatemala significa “frío” y en España, puede ser un apodo para alguien llamado Jesús. De igual modo, “concha” es una palabra inocente para referirse a un tipo de pan en México, pero en Chile, Argentina y otros países del Cono Sur, puede generar risas incómodas debido a su significado vulgar. Lo mismo pasa con “polla”, en Chile no es más que un juego tradicional de lotería, pero en España esta palabra hace referencia al órgano masculino para copular. Por ello es tradicional que si un español viaja a Chile se tome una foto en el edificio que indica con grandes letras “Polla chilena de beneficencia”. 😆

El español como espejo cultural

Estas variaciones no son errores ni obstáculos, sino reflejos de la riqueza cultural y social de las comunidades que hablan español. Cada país ha tejido en el idioma su historia, sus tradiciones y su forma de ver el mundo. Por ejemplo, el uso de “coger” en España es completamente cotidiano y significa “tomar” o “agarrar”, pero en México y otros países, puede tener connotaciones sexuales.

El viajero del lenguaje

Para quienes recorren el mundo hispanohablante, la clave está en la adaptación y la curiosidad. Conocer las variantes locales puede no sólo evitar malentendidos, sino también abrir puertas a nuevas amistades y experiencias. Aceptar las diferencias lingüísticas con humor y disposición es parte de la magia de ser hablante de español.

En resumen, el español es un idioma tan rico y variado como los paisajes donde se habla. Cada palabra es una invitación a descubrir un significado, una historia y una cultura detrás de ella. Así que, la próxima vez que uses una palabra, recuerda: dilo aquí, pero tal vez no allá.

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Cultura de la lengua española

Qué pena con usted. Colombia, ¿por qué nos produces tanta confusión?

Tres de la tarde en Bogotá y tengo un antojo de probar los clásicos tamales con chocolate caliente. “Ay no, qué pena con usted, pero ya no me quedan tamales”, me dice la vendedora. Ese qué pena con usted resuena en mi mente con mucha gracia, pues no entiendo que algo tan sin importancia le cause pena. ¿No es un tanto exagerado sentir tanta aflicción por tan poco? Quedo un poco confundida, pero entiendo la idea central del mensaje y no le doy mayor importancia.

Mi paseo por Bogotá continúa y mi interacción también. Lo que significa que iré escuchando la frase en repetidas ocasiones; “qué pena, la comida se está demorando un poco más de lo previsto”, “disculpe, qué pena con usted, ¿pero me explica cómo puedo llegar a Teusaquillo»? Y así muchas veces, hasta que queda grabada en mi cabeza, aún sin entender por qué utilizan pena en esa expresión.

La RAE, Real Academia de la Lengua Española, destaca dentro de los significados de pena la acepción de vergüenza para países de América Central, Colombia, México y Venezuela.

Ya conocía la expresión -pero a la distancia- y esa fue la primera de muchas veces que me la dijeron directamente. A veces en su versión más corta, con un simple “qué pena” y luego en su versión extendida, con todo el sentimiento que contiene ese “qué pena con usted”. Es cierto que es una expresión que despierta mucha ternura, pero también llama la atención por la excesiva cortesía.

A medida que uno se familiariza con la expresión se da cuenta de que es muy versátil, con múltiples usos; se utiliza para disculparse, pedir un favor, atraer la atención o negar algo.  Es una manera amable y cortés de dirigirse a alguien. A algunos extranjeros les encanta, a otros, en cambio, la cortesía en el lenguaje hablado de los colombianos implica un grado de condescendencia que a ratos llega a producir mucha incomodidad.

¿De dónde proviene esta forma de hablar?

La respuesta parece estar en dos referencias; por un lado, está la gran influencia de la iglesia católica, que llama a respetar a los mayores, a las figuras de autoridad, y en términos generales a tener buenos modales. Y, por otra parte, está el influjo de la época colonial, caracterizado por un servilismo y respeto hacia las jerarquías -muy marcadas en esa época- Estas dos influencias conforman elementos importantes de la idiosincrasia colombiana, lo que ayuda a explicar que en su lenguaje cotidiano utilicen expresiones como qué pena con usted o el habitual a la orden y el para servirle. A la orden y para servirle parecen demasiado serviciales.

Si eres extranjero entiendo que te pueda chocar las primeras veces que escuchas para servirle porque si uno no está familiarizado con la expresión pone énfasis en su sentido literal, mientras que un colombiano probablemente por la cotidianeidad de su uso ya no se rige por la literalidad, si no por el sentido que le ha dado el uso, que vendría a ser un equivalente al de nada. De esta manera, la expresión ha perdido la fuerza literal de su significado y ha adquirido simplemente el sentido de cortesía.

 En el habla colombiana, la cortesía y la amabilidad parecen ser valores fundamentales. Llama la atención la cadencia con la que hablan y lo respetuosos que son con su interlocutor por medio del lenguaje. Por ello, en otros países de habla castellana, los ciudadanos colombianos son altamente apreciados en puestos de atención al cliente.

Hay quienes dicen que toda la cortesía y amabilidad del habla colombiana es la manera que tienen los colombianos de contrarrestar y hacer frente a la violencia que viven día a día viven en Colombia. Una forma de limpiar la violencia con cortesía. Esto, claro, meras teorías, nada muy estudiado.

Sea como fuere, espero que hayas podido conocer un poco más de esta variante de la lengua castellana. Qué pena con usted, pero este artículo ya ha llegado a su fin. Quedo a sus órdenes para lo que necesite. Nos vemos en la próxima entrada del blog.

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Cultura de la lengua española Historia del idioma español

El castellano de Argentina y Uruguay

¿Si escuchas hablar a un argentino y a un uruguayo sabrás diferenciar a cada uno? La verdad es que es muy difícil. Hay quienes dicen que la única manera de distinguirlos es viendo lo que tienen en la mano: el argentino siempre tendrá sus manos ocupadas con el mate y el termo, mientras que el uruguayo tendrá el mate en una mano y en un bolso portará el termo. No es una mala pista, de hecho, es bastante certera, pero aquí te damos algunos consejos lingüísticos para que puedas conocerlos un poco más y para que sepas de dónde proviene su singular forma de hablar.

¿Y vos cómo estás? El ‘voseo’ como pronombre singular

El castellano comenzó a expandirse por el continente americano hace más de 500 años, pero hoy en día sólo en Argentina y Uruguay se utiliza de manera generalizada el pronombre ‘vos’ para dirigirse a la segunda persona del singular.

A la llegada de los conquistadores españoles a América, en el castellano se utilizaba el ‘tú’, el ‘vos’ y el ‘vuestra merced’. Estas tres expresiones hacían referencia a la segunda persona del singular. El contexto comunicativo determinaba el uso de uno sobre los otros; tanto el ‘tú’ como el ‘vuestra merced’ se utilizaban en contexto de cercanía y confianza, mientras que el ‘vos’ era exclusivo para dirigirse a una persona de mayor autoridad.

En esa época, debido a las relaciones jerárquicas era mucho más habitual el uso del pronombre ‘vos’. Sin embargo, esto fue variando con el tiempo. Es así como en el siglo XVI el ‘vos’ comienza a ser una expresión en desuso en España y también en los lugares de América que contaban con Virreinato, como Perú o México y ‘usted’ pasa a ser la expresión correspondiente a la voz de respeto. Así, los países más alejados de los virreinatos, como los del cono sur y centro américa conservaron el ‘voseo’. 

Actualmente el ‘vos’ se utiliza generalizadamente en Argentina, Uruguay, Paraguay y Costa Rica, y en algunas regiones de Bolivia, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y Cuba, aunque en estos últimos la connotación que se le da a su uso puede variar según regiones y estrato socio- cultural.

¿Uruguasho, sho?

Si hablas español sabrás que un argentino y un uruguayo hablan muy parecido entre sí y a la vez diferente de cualquier otro hablante del castellano. Ellos pronuncian la “y” y la “ll” de manera única en relación con cualquier hablante del castellano hispanoamericano. Dicen posho en lugar de pollo, van a la plasha y no a la playa y al agua que cae del cielo le shaman shuvia. ¿Dé dónde surge esta forma de hablar?

Este sonido presente en otras lenguas como el portugués y el inglés se explica porque Argentina y Uruguay son naciones formadas por oleadas migratorias de Europa. Además, el contacto lingüístico con el portugués del vecino Brasil, produjo una especie de contagio de ciertos sonidos de este idioma.

Durante los siglos XIX y XX la zona del río de la Plata vivió un importante influjo migratorio desde España, Italia y Francia, lo que se tradujo en la paulatina incorporación de sonidos desde el gallego, el italiano y el francés. Es más, la sociolingüista argentina María Beatriz Fontanella de Weinberg, estudiosa de la particularidad fonética bonaerense, menciona en sus trabajos que a fines del siglo XIX hubo en la cultura argentina una gran influencia del francés y con ella una explícita voluntad de incorporar elementos fonológicos en su vocabulario. Existen teorías similares que explican la incorporación de sonidos desde el italiano.

Sea cual sea la explicación, lo cierto es que los préstamos lingüísticos se transforman y se apropian finalmente, para adaptarse a los valores y cultura del pueblo que los incorpora. Así sha sea con el termo en la mano o en un bolso, la cultura del Río de la Plata es inseparable del mate y la sherba, ¡che!

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Cultura de la lengua española

Las palabras y expresiones más lindas del español

Después del inglés, el castellano es la segunda lengua más estudiada en el mundo y, aunque es difícil decirlo con precisión, se calcula que tiene unas trecientas mil palabras en su léxico. Si se consideran las combinaciones de éstas y los usos por las distintas variantes del español estamos hablando de una lengua muy rica, donde incluso las conversaciones entre hablantes de distintas variantes del castellano no pueden entenderse tan fácilmente entre sí.

Hay, además, palabras muy lindas que no tienen una traducción exacta en otras lenguas. Hoy iScribo te invita a ver algunas de ellas y divertirte conociendo parte de las culturas de hispanohablantes a través del uso que hacen de su lengua.

El hecho de que existan expresiones o palabras sin una traducción precisa no es un fenómeno único del español. Sucede mucho entre distintos idiomas. La razón de esto es que la lengua es la herramienta de comunicación de una comunidad y lo que es importante para una no necesariamente lo es para otras.

¿Ser o estar? He ahí el problema

Los idiomas tienen las palabras que necesitan sus hablantes, ni más ni menos. Por ello, aprender un idioma implica ser consciente de que también se está conociendo la forma de vivir la vida de la cultura que se corresponde con dicha lengua.

Comencemos por una hermosa distinción entre dos verbos: el ser y el estar. En castellano, a diferencia del inglés entendemos que en la vida se puede ser y se puede estar, y no son la misma cosa. Mientras estar implica ocupar un espacio, o hacerse visible y comprende una propiedad susceptible de cambio, el ser implica de alguna manera dotar de sentido la existencia. El ser trasciende al estar, pues lo dota de sentido. Es la diferencia entre esencia y atributo, un atributo puede cambiar, la esencia, no. Yo soy un ser humano (esencialmente) y estoy viviendo en el planeta tierra, por ejemplo.

Un uso muy interesante que se da coloquialmente en Chile hace la diferencia entre el dejar ser y dejar estar. Cuando alguien dice me dejé estar quiere decir que no hizo nada debiendo haberlo hecho. Por otro lado, cuando dice me dejé ser se refiere a liberarse, dejarse llevar, algo así como el Let it Be de los Beatles.

Palabras bonitas sin traducción en otros idiomas

Las palabras del español de esta selección se relacionan con la cultura alrededor de la comida, dar un paseo y algunas que tienen relación con la noche

Sobremesa: todos la practican, particularmente los fines de semana. Millones y millones de familias y amigos pasan un gran tiempo en el que se está compartiendo en la mesa después de haber comido, ese grato momento es la sobremesa.

Provecho: Esta me encanta, además porque tiene algo de controversia; para algunos es de mala educación decirlo, mientras que para otros es un buen deseo. Como sea, tiene algo lindo y es que al decir “provecho” o “buen provecho” uno le está deseando a la persona que está comiendo, o con quien está compartiendo el momento de la comida, que la comida le sea agradable. ¿No es eso un buen sentimiento hacia el otro? Su equivalente en francés es el “bon appetite”.

Pasemos ahora a la noche: ¿te ha pasado que estás cansado y lo intentas, pero no puedes dormir? Bueno, eso es lo que en español se llama desvelar(se): significa quitar o impedir el sueño o perder el sueño por no poder conciliarlo.

Trasnochar: ¿eres de las personas que le gusta quedarse despierto hasta tarde? Entonces eres alguien que suele trasnochar. Hay gente que lo hace sólo los fines de semana, cuando sale de fiesta, pero hay quienes viven la vida así porque son más productivos, como sea, con ellos usamos el verbo trasnochar.

Madrugada: Esta palabra se refiere al momento en que la noche y la mañana se funden en una. Es previo al amanecer y posterior a la noche.

Estrenar: si uno va al estreno de una película en inglés se utiliza el verbo release, pero en español estrenar se refiere también a utilizar una prenda de ropa por primera vez. Una actividad muy especial para muchas personas. Hoy estrenaré un vestido nuevo.

Vitrinear: se relaciona un poco con el concepto anterior. Las vitrinas son los escaparates donde las tiendas exponen sus productos. Vitrinear por lo tanto, es el verbo que indica la acción de salir a recorrer los escaparates sin necesariamente tener como fin último la compra. Salgamos a vitrinear es una invitación a salir a visitar tiendas, sin necesariamente comprar. Es más bien una invitación a pasear.

Aquí viene un bonus track: la vergüenza ajena es un sentimiento muy divertido, no todas las culturas lo tienen, pero creo que la expresión se entiende en sí misma. Es un sentimiento prestado, pues aquí uno no se siente avergonzado por lo que uno hizo, sino que por lo que hizo alguien más. En inglés vendría a ser algo así como to feel embarrassed by someone else, aunque no es exactamente lo mismo, pues con esa frase lo que se está haciendo es racionalizar el sentimiento.

Ojalá hayas disfrutado de la lectura, sigue visitando el blog de iScribo para seguir conociendo un poco más acerca del mundo que gira alrededor de una lengua tan linda como es el castellano. ¡Aquí te esperamos con más temas de tu interés!