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La lengua en la actualidad

La influencia del cine y la TV en el lenguaje

El cine y la televisión forman parte de la cultura popular que toma elementos del mundo real para inspirarse, ya sea exagerándolos o reinterpretándolos de un modo creativo. ¿Pero qué pasa cuando es la comunicación en el mundo real la que es influenciada por lo que se proyecta en la pantalla?

Existen muchas frases de películas que ya forman parte del lenguaje cotidiano. La voz de nuestra conciencia o aquel que ejerce el rol de ser nuestro consejero crítico, es conocido como pepe grillo, en referencia al personaje de la película animada, Pinocho de 1940. Pepe grillo era el responsable de reconducir los pasos de Pinocho, convertido en un mentiroso compulsivo.

El cine y la televisión nos influyen de manera consciente e inconsciente. Muchas veces se recurre a palabras o expresiones que se han usado en la pantalla y forman parte de la cultura popular, por lo que no es necesario dar mayor explicación de la idea que se quiere comunicar.

También existen expresiones que están en el inconsciente colectivo como, por ejemplo, escenas de película, o escenas que se cree que pertenecen a una película, aunque en realidad nunca existieron. De hecho, en la clásica película Tarzán, su protagonista nunca dice “yo Tarzán, tú Jane”, sino que se limita a golpear su el pecho y decir “Tarzán”, luego golpeaba a Jane y decía “Jane”.  Esta curiosidad también ocurre con novelas originales como Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, donde la famosa frase “elemental, mi querido Watson”, realmente nunca existió.

Todos hemos crecido viendo películas cuyos diálogos han quedado para siempre en nuestro subconsciente. Algunas expresiones están tan masivamente naturalizadas que muchas veces ignoramos su origen. Por ejemplo, la palabra paparazzi es un préstamo lingüístico originario del italiano, incorporado al léxico del español, del inglés y de otras lenguas. Su origen está en el personaje Paparazzo de la célebre película La dolce vita (1960) de Federico Fellini. Paparazzo quiere decir mosquito y en la película era el nombre del fotógrafo protagonista. Tras película, el término se comenzó a utilizar para hacer referencia a los fotógrafos de la llamada prensa rosa.

Del teatro y la televisión

Otra de las influencias del mundo del espectáculo hacia el habla cotidiano se encuentra en la expresión gaslighting. Este término se originó en 1938, tras el estreno de la obra de teatro del mismo nombre. En esta obra inglesa, un marido trata de conducir a su esposa a la locura bajando la intensidad de las luces a gas de su casa y luego negando que la luz cambia cuando su esposa lo señala. A partir de entonces, la expresión es utilizada para hacer referencia a la manipulación psicológica que alguien ejerce sobre otro para hacerle cuestionar la validez sus pensamientos y su percepción de la realidad.

Peinar la muñeca es un localismo utilizado en Chile para hacer referencia a alguien que está pasando por un episodio de enajenación o perturbación, o tiene sus facultades mentales definitivamente perturbadas. Esta ingeniosa frase de uso habitual en el país tiene su origen en el último capítulo de Los Títeres. Una famosa teleserie exhibida en la televisión chilena en el año 1984. En ella, el personaje de la actriz Gloria Munchmayer, ya totalmente fuera de sí, comienza a hablar con sus muñecas y a lanzarlas agresivamente a la piscina. Luego de esto la protagonista también entra en la piscina, abraza a algunas muñecas, mientras a otras les hunde la cabeza. Finalmente abraza maternalmente a todas, mientras les acaricia el cabello. La perturbadora escena exudaba tanto aislamiento y locura que quedo en el subconsciente colectivo nacional y se transformó en el dicho “peinar la muñeca” usado para referirse a alguien que no parece estar en sus cabales. Desde entonces se puede decir “esta mujer está peinando la muñeca”.

Si te ha interesado la anécdota del origen de esta expresión puedes revisar aquí la última escena de Los títeres.

Las sagas que acompañan a generaciones

Una película que ha influido en el lenguaje tanto de generaciones de adultos como de más jóvenes es Startwars. Es habitual que algunos se refieran a sus aprendices como mi joven Padawan. Además, la saga de películas está repleta de frases por todos conocidas, como el tradicional yo soy tu padre, de Darth Vader o las innumerables referencias que la gente hace al lado oscuro de la fuerza.

Y ya sabes: que la fuerza – y que iScribo- te acompañe.

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Historia del idioma español

Metátesis: murciégalo, cocreta y cocodrilo. ¿Son realmente palabras erróneas?

Cuando los niños cuya lengua materna es el castellano comienzan a hablar, es bastante habitual que comentan errores como decir murciégalo en lugar de murciélago o cocreta en lugar de croqueta, ¿te suena, no es cierto? Estos errores son las llamadas metátesis, que corresponden a cuando se cambia de lugar el sonido dentro de una palabra. Pero qué pasa si te digo que en realidad esos niños no están equivocados. ¿Te toma por sorpresa? Seguro que sí.  

Veamos el ejemplo de murciégalo. En el diccionario actual figura esta palabra como variante de murciélago, aunque es percibida como vulgar. Sin embargo, el término originario es precisamente murciégalo, pues deriva de las voces latinas mus, muris (ratón) y caecúlus, un diminutivo de caecus (ciego). En este caso, la metátesis original: murciélago se documenta desde el siglo XIII y no tardó en pasar a la lengua culta. De hecho, el primer diccionario académico recoge, ya en 1734, las dos variantes. Pero este no es el único caso.

Hay muchas palabras del castellano que deben su forma actual al fenómeno de metátesis. Otro caso representativo es el de cocodrilo, el cual está corrompido de crocodrilo (otro clásico “error” que cometen los niños). Se parece al inglés crocodile y al igual que en el caso de murciégalo, fue el término etimológico el que terminó perdiéndose por culpa de una metátesis. La voz latina original era crocodilus, derivada del griego krokódeilos, de króke (canto rodado, guijarro) y drilos (gusano, lombriz). Hay que decir que en este caso la metátesis ya se empleaba en el latín medieval donde se hacía referencia a cocodrillus.

Peligro es otra palabra que ha sufrido el cambio del orden de sus sonidos y la aceptación de éste. Peligro proviene del latín pericùlum.  Esta voz debería haber evolucionado a periglo, variante que está documentada hasta el siglo XVI. Con milagro sucedió algo muy similar; esta palabra proviene de miraglo. Otros casos son guirnalda, cuya palabra inicialmente era guirlanda o Argelia, que al igual que en inglés se decía inicialmente Algeria.

En el habla popular, la metátesis ha dado origen a palabras como dentrífico, utilizada equivocadamente en lugar de dentífrico, del latín denifrícum, que a su vez deriva de las voces latinas dens, dentis (diente) y fricare (frotar).

Cuando el error del error es lo correcto

Si lo pensamos bien, muchas de las metátesis que los niños de hoy cometen, son en realidad las voces originales derivadas del latín. Es decir, probablemente, en algún momento se retorne a la voz original si es que, tal como pasó anteriormente, la voz vulgar o el error es aceptado como parte del habla culta.

El error del error parece ser el retorno al origen etimológico de estas palabras. Una vuelta de varios siglos para volver al mismo lugar, pero con un recorrido interesantísimo, ¿no te parece?

Así que, si tienes hijos, y dicen crocodilo o murciégalo, recuerda que en realidad no están del todo equivocados y que son ellos quienes se acercan más al origen de la palabra en latín. Muy probablemente no sean capaces de hacer referencia al origen etimológico de palabra, gracias a lo que acabas de aprender hoy, quizás tú sí puedas hacerlo.

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El español como lengua

Géneros en transición

Si el castellano no es tu primera lengua no es raro que te confundas con el género o el uso de los artículos correspondientes a una palabra. Un artículo mal elegido o una discordancia adjetival -por norma- no representa un gran problema, pues el sentido de lo que quieres decir se mantiene intacto. Pero ¿qué sucede cuando el artículo define el significado de una palabra? Bueno, en ese caso el asunto es un poco más complicado.

Hablamos de palabras homónimas. Es decir, que se escriben y pronuncian igual, pero cuyo significado es distinto y está determinado por el artículo que le antecede. Ejemplo de este tipo de homónimos son:

  1. El cólera y la cólera: la palabra cólera precedida por el artículo masculino (el) hace referencia la enfermedad. La RAE la define como Enfermedad epidémica aguda de origen bacteriano, caracterizada por vómitos repetidos y diarrea intensa. Mientras que la cólera significa ira, enojo o enfado.
  2. El orden y la orden: una de las acepciones de el orden es “colocación de las cosas en el lugar que les corresponde” y una segunda acepción del término masculino es “ámbito de materias o actividades en el que se enmarca alguien o algo”; en el caso de la orden el significado cambia a “Mandato que se debe obedecer, observar y ejecutar”.
  3. El capital y la capital: El capital es “el conjunto de activos y bienes económicos destinados a producir mayor riqueza”, mientras que la capital es ciudad o localidad en donde residen los poderes públicos de un Estado, país, demarcación, provincia, etc.

Además de los homónimos cuyo significado varía dependiendo del artículo, hay dos casos que pueden representar un dolor de cabeza para quienes están aprendiendo español y son 1) los sustantivos que son masculinos en singular y cambian a femenino en plural y 2) los sustantivos ambiguos, aquellos que dependiendo del país cambian de género gramatical.

Sustantivos que transitan del masculino al femenino

Dentro de la amplia gama de sustantivos presentes en el español existe una larga lista de sustantivos cuyo género es masculino y muta al femenino cuando pluralizamos la palabra. No existe una norma, ni un nombre para denominar a este fenómeno. Y para un nativo del español probablemente no sea tan fácil enumerar los elementos de la lista si es que antes no se ha parado a pensar en ella. Simplemente sabe cuándo aplicar el cambio de género gramatical, aunque no tenga una explicación para ello. Revisemos algunos de estos casos:

SingularPlural
El arteLas artes
El águilaLas águilas
El aguaLas aguas
El algaLas algas
El ansiaLas ansias
El hadaLas hadas
El aveLas aves
El áreaLas áreas
El aulaLas aulas

Por último, otro caso de transición de género se da de un país a otro, por lo que aquí la alternancia es debido a factores geográficos. En gran parte de Latinoamérica, por ejemplo, tanga es femenino, mientras que en España se trata de un sustantivo masculino. En Chile sartén es masculino, mientras que es España femenino. Pijama es mayoritariamente masculino, pero en México y zonas de Centroamérica y el Caribe es femenino. En Argentina es habitual oír hablar de la vodka, mientras que para el resto de los hablantes del castellano se trata de un sustantivo masculino, y así las diferencias continúan.

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La lengua en la actualidad

Emoji: la actual economía del lenguaje

Desde que la piedra Rosetta fue descubierta, en 1799, pasaron 23 años para que se lograra descifrar el método de lectura de los jeroglíficos egipcios, principalmente gracias a los estudios realizados por Thomas Young, lingüista inglés y a Jean-François Champollion, historiador francés.

Las similitudes entre los jeroglíficos del antiguo egipcio y los emoticones de la era digital son evidentes, sin embargo, sus diferencias son remarcables: los jeroglíficos fueron un idioma completo, representado en un sistema de escritura de reglas estrictas; aunque una persona analfabeta puede entender algunos símbolos básicos, se requiere un alto nivel de destreza para manejarlo en su totalidad.

Los emojis, por otro lado, han nacido bajo el alero de los mensajes digitales de las redes sociales, y aquí prima la economía del lenguaje. La palabra emoji deriva de emoticón o emoticono y ésta a su vez procede del inglés emoticon, acrónimo de los términos emotion (emoción) y icon (ícono). Tanto los emoticones como sus sucesores emojis nacieron, como representaciones icónicas que complementan los textos escritos, añadiendo matices o complicidades en el lenguaje.

Escribir con imágenes 😎 😏

En una conversación escrita la entonación y todo lo que aporta la comunicación no verbal desaparece y aunque los emoticones son elementos característicos del lenguaje escrito, acercan a quien los use al ámbito de la oralidad.  Aportan a la comunicación escrita de la mensajería digital un estilo híbrido de comunicación. A ellos se les puede atribuir un cambio en la entonación, en el volumen de la voz, un gesto facial, un determinado movimiento del cuerpo, en fin. Acciones de propias del ámbito de estudio de la lingüística pragmática, que de no ser por los emoticones no estarían presentes en la conversación por chat.

Un emoji es un comodín dentro de la conversación escrita, ya que explica de manera fácil y rápida la intención del emisor y muchas veces rompe el hielo o quita la aparente brusquedad de lo dicho con palabras. Puede indicar que uno está muy cansado 😴 sin necesidad de decirlo escribiendo muchas palabras. Se pueden expresar hipérboles como estar “rojo de ira” 😡, “estar a punto de estallar” 🤯 o “muerto de frío” 🥶.

Con un emoji podemos pedir discreción 🤫, podemos expresar tristeza 😞, empatía 🙏, etc. En definitiva, las imágenes economizan, y al mismo tiempo potencian, la función expresiva del lenguaje. Le dan sabor, con una importante carga cultural.

Historia del emoji

En 1844 el código morse fue utilizado por primera vez como sistema de comunicación telegráfico. ¡¿Qué tendrá que ver eso con los emojis?!, te preguntarás. Bueno, ahora viene el detalle interesante: resulta que, en 1857, es decir, 13 años después de que se comenzara a utilizar este código, el National Telegraphic Review and Operators Guide documentó que el número 73 del código se comenzó a utilizar para expresar “amor y besos” y luego derivó a algo más formal como “saludos cordiales” o “los mejores deseos”. De hecho, en la actualidad hay muchos radioperadores que dicen “73” al final de una llamada amigable justamente por esto, ya que sigue sigue siendo una manera cercana de despedirse o dar las gracias.

Día del emoji

A raíz de todo el revuelo comunicacional que han tenido los emojis en la era digital, el año 2010 surgió una curiosa festividad llamada El día del emoji. A partir de ese año, cada 17 de julio se celebra el día mundial del emoji. Se decidió escoger esta fecha debido a que los primeros 176 emojis se crearon en 1999. Hoy es el consorcio Unicode (integrado por Apple, Microsoft, Google e IBM) el encargado de crear nuevos emoticones.

Si te animas, debes saber que cualquiera puede presentar una propuesta para crear un nuevo emoticono, pero no es tan fácil. Debe cumplir con requisitos formales y demostrar que la imagen va a tener un nivel esperado de uso. Así que ya sabes, si quieres presumir que la incorporación de un nuevo emoji fue gracias a tu gestión observa tu entorno y ¡juegue, aquí todos te apoyamos! 😉 XD

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Cultura de la lengua española

El spanglish. La influencia de un gigante

¿Estás ready para leer este artículo? Sí, I know que a veces puede ser hard pero vamos a entender un poco qué es esto del espánglish o spanglish.

El spanglish es como coloquialmente se conoce a ciertas variedades del castellano no estándar que se hablan en Norteamérica, en contextos en los que el español y el inglés están en contacto prolongado debido al bilingüismo grupal.

El castellano y el inglés son dos idiomas ampliamente hablados en el mundo, y aunque estas dos lenguas se estudian y hablan separadamente, no podemos ignorar un fenómeno sociolingüístico que ocurre cuando hablantes bilingües del inglés y el español interactúan. Ellos no siempre optan por llevar la conversación puramente en español o en inglés, sino que eligen una tercera vía: el spanglish.

Puede gustarte o no, pero ahí está. Un híbrido entre el inglés y el castellano que los lingüistas no saben muy bien cómo clasificar. No existen reglas; puede parecer un español con muchos anglicismos entre frases o un inglés con muchas palabras en español entrelazadas. Para algunos lingüistas se trata simplemente de una alternancia de códigos, como cuando se pasa de un dialecto a una lengua estándar o como cuando se habla la lengua formal y luego se pasa a un uso más informal de la misma. En muchos sectores suele molestar, para algunos es una muestra de bajo nivel cultural, otros dicen que demuestra cómo el lenguaje está en constante creación. Otros observan el fenómeno atento y sin juicio, pero comencemos por el principio: ¿cuándo se comenzó a hablar así?

¿Cuándo la gente comenzó a hablar spanglish?

El origen del spanglish se puede ver en las primeras interacciones entre los exploradores españoles y los pueblos indígenas de América, y más tarde, durante la colonización española del suroeste de Estados Unidos, la guerra entre México y Estados Unidos y la anexión de territorios como Texas y California. Luego, en el siglo XX, el aumento de la migración y el intercambio cultural entre inmigrantes de habla hispana y comunidades de habla inglesa, particularmente en áreas urbanas, impulsó aún más el desarrollo del espanglish. Esto fue especialmente cierto en familias donde la primera generación no hablaba inglés, pero sus hijos sí.

Fue el escritor puertorriqueño, Salvador Tió, quien en 1948 empleó por primera vez el término espanglish en un artículo titulado “Teoría del espanglish”, publicado el 28 de octubre en el Diario de Puerto Rico. En él hacía referencia a los hablantes nativos del español que renegaban de su lengua materna para aprender inglés e inmigrar a países no hispanos.

En la actualidad la influencia del espanglish en la cultura popular se ve reflejada en las redes sociales, la música y el cine, sobre todo en las generaciones más jóvenes, donde tiene gran aceptación.

Chicano, Tex-mex y Cubonics: living la vida loca

Los lugares en los que es más común hablar spanglish son aquellos de Estados Unidos con una amplia población de latinos. Por esta razón, el sur de California y Puerto Rico son los principales puntos de acceso del spanglish.

¿Recuerdas la canción de Ricky Martin “Living la vida loca”? Bueno, eso es spanglish. Y Ricky Martin es puertorriqueño, ¿ahora todo tiene sentido, no es cierto?

Muchas veces se habla de inglés chicano para referirse al dialecto del inglés que hablan estadounidenses de origen mexicano. Dentro de éste está la variante texana, que se habla principalmente en el sur de Texas. Aunque igualmente se utilizan estos términos para referirse al spanglish que se habla en estas zonas geográficas, el cual se diferencia, por ejemplo, de aquel desarrollado por cubanos americanos que residen en Miami, cuyo spanglish habitualmente se conoce como lengua Cubonics.

¿Tú que piensas del spanglish? ¿Crees que es posible que en algún momento el inglés y el español se fundan totalmente en una sola lengua y el spanglish sea finalmente una lengua reconocida? ¿Te gustaría que eso ocurriera? Comparte con nosotros qué opinas de este fenómeno lingüístico, si te gusta o no y si eres usuario. Queremos conocer tu opinión.

El spanglish existe. Eso es un hecho, pero ahora seguimos teniendo el inglés y el castellano, también. Así que si quieres mejorar tu escritura en español aprovecha iScribo, nuestra excelente herramienta de corrección ortográfica y gramatical. ¡No te arrepentirás!

Hasta la vista, baby.

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Historia del idioma español

El calendario en español: días, meses y estaciones del año. ¿de dónde provienen sus nombres?

¿Qué es el tiempo? Desde la filosofía el pensamiento alrededor del tiempo radica en su naturaleza: ¿existe o no el tiempo y si existe, realmente podemos medirlo?

Hoy, observaremos el tiempo desde la física, donde se plantea que el tiempo es una magnitud con la que se mide la separación, simultaneidad o duración de acontecimientos. Esto nos permite organizarlos en su forma temporal más simple. Es decir, pasado, presente y futuro. Donde los eventos se ubican en cada uno de estos conjuntos dependiendo de su relación con otro.

El sistema de representación del transcurso del tiempo más conocido es el calendario y el modelo de calendario que se utiliza de manera oficial en casi todo el mundo es el calendario gregoriano, denominado así en honor a su promotor, el papa Gregorio XIII.

El término calendario proviene del latín calendarium, de calendae (calendas) nombre que en la antigua Roma se daba al primer día de cada mes, que correspondía a la fase de la luna nueva. Además, el calendarium era el libro donde quedaban registrados los préstamos que vencían en las calendas.

En distintos pueblos de la antigüedad los días se agruparon en siete, en relación con las fases lunares. Roma continuó con esta organización, donde cada jornada se vinculaba con una divinidad: Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus. El sábado es una consagración a Saturno y el domingo deriva de dies dominicus (día del Señor).

Meses y estaciones del año

En un principio el calendario lunar constaba de diez meses: Martius (marzo), en honor a Marte. Aprilis (abril), tal vez relacionada con el etrusco Apru y éste del griego Aphrô de Afrodita. Maius (mayo) vinculada con Maia, deidad relacionada con la floración. Iunius (junio) en recuerdo de la diosa Juno. Quintilis (quintil), Sextilis (septiembre) derivado de septem (siete), por ser el séptimo mes y siguiendo la misma fórmula se continuó con October, November y December (octubre, noviembre y diciembre). En los siglos VIII y VII se añadieron los meses de Ianuarius (enero) y Februarius (febrero) en honor a Jano, dios del doble rostro, símbolo del comienzo y del fin, y Februo al que le dedicaban los ritos de purificación. En el 153 A.C Ianuarius se convirtió en el primer mes del año y Quintilis se renombró como Iulius (julio) en una clara alusión a Julio César, mientras que Sextilis fue sustituído por Augustus (agosto), en homenaje a Octavio Augusto.

Los meses se agruparon en estaciones, que desde los romanos hasta ahora dividimos en cuatro: ver, aestas, autumnus y hiems (verano [actual primavera], estío, otoño e invierno), posteriormente se incorporó la voz prima vera (primera primavera) y las estaciones pasaron a ser cinco: primavera, verano, estío, otoño e invierno y a partir del siglo XVII la primavera -época de la primera floración- desplazó al verano y éste se fundió con el estío, quedando definitivamente configuradas las cuatro estaciones que conocemos hasta ahora.

Entonces ya sabemos que, si el tiempo existe, el calendario en castellano nos indica que hoy es primavera y verano en un lado del mundo y otoño e invierno en el otro. Por otra parte, es Marzo (Martius) en todo el mundo en honor a Marte.

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Historia del idioma español

Palabras del quechua y el maya en el castellano actual

El quechua y el maya son dos lenguas indígenas de Latinoamérica. El quechua es una de las dos lenguas indígenas con mayor número de hablantes en la actualidad (unos 14 millones, considerando todas sus variantes), mientras que el maya o, mejor dicho, los idiomas mayas tienen actualmente 900 mil hablantes nativos de los idiomas que conforman esta familia lingüística.

El quechua es el idioma del Imperio Inca y tiene más de 500 años de contacto con el castellano, por lo que la influencia entre ambas lenguas ha sido natural. Los préstamos lingüísticos suceden del castellano al quechua y del quechua al castellano. Hoy veremos algunos ejemplos de palabras de origen quechua que forman parte del léxico habitual del español, especialmente del que se habla en muchos países de Latinoamérica.

Por otra parte, el maya es otra de las lenguas originarias de América Latina que ha influenciado el castellano que hablamos hoy. Hay que remarcar, eso sí, que lo que actualmente se conoce como “lengua maya” en realidad es una familia lingüística de alrededor de 30 lenguas diferentes que se hablan en el antiguo territorio maya, que abarca desde el sureste de México, Guatemala, Belice, Honduras y el Salvador. Estas lenguas, que aún viven, comparten ciertas características, pero son muy distintas entre sí. Dentro de todas éstas el maya peninsular, está reconocida como parte de las lenguas oficiales de México.

En el artículo de hoy veremos cuáles son algunas de las palabras originarias del quechua y maya en el castellano actual:

Los mayismos

Patatús: en mayasignifica literalmente muerte fingida y en el castellano actual es una expresión coloquial que se utiliza para expresar asombro o desmayo. Ejemplo: “con esta noticia me va a dar un patatús”.

Cachito: es sinónimo de pedazo, más bien de pedacito y proviene de la onomatopeya “cach” que se escucha cuando algo se rompe. En maya “cach” significa entonces “cosa partida” o “que se rompe”.

Cacao: El cacao era “el alimento de los dioses”, pues su planta era considerada sagrada por los mayas. Hoy en día, este alimento es reconocido en todo el mundo y es el ingrediente esencial para la producción de chocolate.

Cenote: son los pozos característicos de la provincia de Yucatán, en México. Proviene de la palabra maya tz’onot, que significa pozo o caverna con agua.

Cigarro: proviene del maya siyar y es una palabra que se ha difundido a otras lenguas por la costumbre de aspirar el tabaco hecho en forma de rollo.

Quechuismos

Los quechuismos son las palabras de origen quechua que han sido asimiladas en el español a lo largo del tiempo. Algunos de estos préstamos lingüísticos continúan en uso en Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador y Colombia, países que formaron parte del Imperio Inca. Revisemos algunos de estos:

Cancha: proviene del quechua «kancha» y significa recinto cercado, como el espacio destinado a ciertos deportes o espectáculos.

Charqui: carne deshidratada y salada típica de las regiones andinas y meridional de América del Sur.

Chaucha: moneda de escaso valor. Chauchera: en Bolivia y Chile es sinónimo de monedero.

Concho: sedimento ubicado al fondo de un recipiente y usado también para referirse al último hijo de una pareja. En el caso del último hijo se usa el diminutivo conchito.

Mate: Bebida elaborada de las hojas y ramas de Ilex paraguariensis, la planta misma y el recipiente que se usa para beberla.

Nanai: caricia para calmar el dolor. La Academia Chilena de la lengua lo define como “caricia muy tierna con la que se trata de calmar un dolor o una pena”. También se utiliza para expresar ternura, por ejemplo, cuando uno ve un bebé muy tierno expresa “¡nanai!”.

Morocho: proviene del quechua «muruch’u» que quiere decir «variedad de maíz muy duro». Pero en Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay, se trata de un adjetivo y una persona que tiene piel morena y el pelo negro.

Palta: Los peruanos y los chilenos denominan con este nombre de origen quechua a ese fruto verde y cremoso. Se le conoce como aguacate en el resto de los países de la región.

Poncho: abrigo que consiste en una manta cuadrada hecha de lana o paño con una abertura en el centro. 

Pucho: significa sobrante. En Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Paraguay, Perú y Uruguay, refiere a cigarrillo o a su colilla.

Guagua: Niño, niña e infante. Actualmente en Chile, Argentina, Bolivia, Colombia y Ecuador se utiliza como sinónimo de bebé.

Yapa: modismo andino que hace referencia a un regalo o añadido extra de un producto durante una transacción comercial, sobre todo en un contexto popular.

Como bonus track te compartimos dos palabras del Náhuatl que se utilizan en el castellano actual aguacate y apapachar. Aguacate: proviene de ahuacatl que significa testículos. El aguacate tiene este nombre por la particular forma de este fruto. Apapachar: es la acción de apretar o dar amor a otro con el primer impulso. Es muy lindo y es un verbo que se utiliza en el castellano de Latinoamérica para abrazar o para ser más precisos para regalolear con abrazos a otro.

Ya sabes que siempre puedes consolar a un ser querido con un “nanai” o “apapacharlo” hasta que se sienta mejor. Conoces la influencia del quechua y maya en el castellano actual y puedes usarlo para llevar tu español al siguiente nivel.

Sigue aprendiendo cada vez más sobre la lengua española y sus diferentes culturas a través de los artículos publicados en nuestro blog.

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Historia del idioma español

¿Por qué existe la letra H en español?

Para muchos hablantes del castellano, la letra “h” es un gran dolor de cabeza. Bueno, en realidad a la hora de hablar no hay problema, la dificultad está al momento de escribir una letra que no tiene sonido, entonces ¿cuándo y dónde ubicarla? Es una letra tan discreta que muchos han abogado por su eliminación, pero esta reina de imperceptible sonido ha seguido ostentando triunfante un lugar en el alfabeto del español. ¿Es un simple capricho? No. En gramática, por lo general, todo tiene una explicación.

La letra hache es la octava letra dentro del alfabeto del español. Se pronuncia únicamente cuando va precedida de la letra c, formando el sonido “ch”, el problema está en que en castellano hay más de 2.000 palabras que comienzan con la letra h y una cuantas más que llevan esta letra intercalada. Pero entonces, sino suena ¿por qué la escribimos? ¿Por qué escribir algo que no existe? Una de las razonas es que no siempre fue muda.

Los orígenes de la h

Remontémonos a su pasado: los fenicios fueron los primeros en utilizar esta letra y la pronunciaban como una “j” aspirada. De los fenicios pasó a los griegos, quienes la adoptaron con una suave aspiración. Luego, del griego pasó al latín, y aquí el sonido se suavizó aún más. Del latín dio su salto al español, donde en un principio también se pronunciaba como un sonido aspirado, acompañado de una pequeña explosión de aire similar a la pronunciación actual de la “h” aspirada del inglés. Pero el español no sólo hizo uso de palabras del latín que comenzaban con “h”, también se apropió de numerosas palabras latinas que comenzaban con “f”. En un principio dichas palabras también comenzaban con “f” en español, pero con el pasar de los años y dado que, en algunas partes de España, el sonido “f” también se pronunciaba con una aspiración, en el siglo XIV la “f” inicial comenzó a ser sustituida por la “h” inicial. Así ocurrió con farina que pasó a ser harina, el verbo hacer, que en sus comienzos era facer, helecho (que durante la edad media era felecho), humo, que era fumo, hola, que deriva de fola y tantas otras palabras. Dicho cambio también afectó a algunas palabras que tenían la f intercalada, como el caso de búho que proviene de bufo en latín.

Según los registros de la RAE, hasta mediados del siglo XVI la letra h en español aún se pronunciaba con una aspiración, sobre todo en las palabras que originalmente se escribían con f en latín.

Ya a partir del siglo XV la tendencia cambió y la hache aspirada comenzó a considerarse un vulgarismo propio de las clases bajas, así que de a poco la h comenzó a silenciarse completamente hasta ser la letra muda que es hoy.

H: la única letra que no es un sonido, pero es igualmente necesaria

Hay un dato histórico más que explica la existencia de esta letra y es que antiguamente tanto la letra u como la v se escribían exactamente igual, aunque no se pronunciaban de la misma manera. Por ello, para identificar que el sonido que correspondía era el de la vocal “u” y no el de la consonante “v” se anteponía una h. De esta manera se sabía que huevo debía pronunciarse como “uevo” y no como “vevo” como hubiese sido sino llevase la h por delante.

Además, la letra h en castellano sirve para diferenciar por escrito palabras homófonas. Es decir, aquellas que se pronuncian igual, pero que tienen significados diferentes. Así podemos diferenciar rápidamente por escrito hola de ola, hojear de ojear, hecho de echo o diferenciar la preposición a por ha del verbo hacer.

Como has podido ver la h es una letra muda con una gran historia y que aún cumple importantes funciones en el castellano. Es la reina discreta que sólo es posible usar correctamente si se practica leyendo y escribiendo mucho. Ya el sólo hecho de ser la única letra que en castellano ostenta el título de no tener sonido alguno la hace muy especial. Espero que después de conocer su historia te animes a corregir tu ortografía y no olvidar tus haches por aquí ni por allá.

¡Y recuerda que si aún tienes problemas con la gramática del castellano iScribo siempre está aquí para ayudarte a mejorar!

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Cultura de la lengua española

Las palabras y expresiones más lindas del español

Después del inglés, el castellano es la segunda lengua más estudiada en el mundo y, aunque es difícil decirlo con precisión, se calcula que tiene unas trecientas mil palabras en su léxico. Si se consideran las combinaciones de éstas y los usos por las distintas variantes del español estamos hablando de una lengua muy rica, donde incluso las conversaciones entre hablantes de distintas variantes del castellano no pueden entenderse tan fácilmente entre sí.

Hay, además, palabras muy lindas que no tienen una traducción exacta en otras lenguas. Hoy iScribo te invita a ver algunas de ellas y divertirte conociendo parte de las culturas de hispanohablantes a través del uso que hacen de su lengua.

El hecho de que existan expresiones o palabras sin una traducción precisa no es un fenómeno único del español. Sucede mucho entre distintos idiomas. La razón de esto es que la lengua es la herramienta de comunicación de una comunidad y lo que es importante para una no necesariamente lo es para otras.

¿Ser o estar? He ahí el problema

Los idiomas tienen las palabras que necesitan sus hablantes, ni más ni menos. Por ello, aprender un idioma implica ser consciente de que también se está conociendo la forma de vivir la vida de la cultura que se corresponde con dicha lengua.

Comencemos por una hermosa distinción entre dos verbos: el ser y el estar. En castellano, a diferencia del inglés entendemos que en la vida se puede ser y se puede estar, y no son la misma cosa. Mientras estar implica ocupar un espacio, o hacerse visible y comprende una propiedad susceptible de cambio, el ser implica de alguna manera dotar de sentido la existencia. El ser trasciende al estar, pues lo dota de sentido. Es la diferencia entre esencia y atributo, un atributo puede cambiar, la esencia, no. Yo soy un ser humano (esencialmente) y estoy viviendo en el planeta tierra, por ejemplo.

Un uso muy interesante que se da coloquialmente en Chile hace la diferencia entre el dejar ser y dejar estar. Cuando alguien dice me dejé estar quiere decir que no hizo nada debiendo haberlo hecho. Por otro lado, cuando dice me dejé ser se refiere a liberarse, dejarse llevar, algo así como el Let it Be de los Beatles.

Palabras bonitas sin traducción en otros idiomas

Las palabras del español de esta selección se relacionan con la cultura alrededor de la comida, dar un paseo y algunas que tienen relación con la noche

Sobremesa: todos la practican, particularmente los fines de semana. Millones y millones de familias y amigos pasan un gran tiempo en el que se está compartiendo en la mesa después de haber comido, ese grato momento es la sobremesa.

Provecho: Esta me encanta, además porque tiene algo de controversia; para algunos es de mala educación decirlo, mientras que para otros es un buen deseo. Como sea, tiene algo lindo y es que al decir “provecho” o “buen provecho” uno le está deseando a la persona que está comiendo, o con quien está compartiendo el momento de la comida, que la comida le sea agradable. ¿No es eso un buen sentimiento hacia el otro? Su equivalente en francés es el “bon appetite”.

Pasemos ahora a la noche: ¿te ha pasado que estás cansado y lo intentas, pero no puedes dormir? Bueno, eso es lo que en español se llama desvelar(se): significa quitar o impedir el sueño o perder el sueño por no poder conciliarlo.

Trasnochar: ¿eres de las personas que le gusta quedarse despierto hasta tarde? Entonces eres alguien que suele trasnochar. Hay gente que lo hace sólo los fines de semana, cuando sale de fiesta, pero hay quienes viven la vida así porque son más productivos, como sea, con ellos usamos el verbo trasnochar.

Madrugada: Esta palabra se refiere al momento en que la noche y la mañana se funden en una. Es previo al amanecer y posterior a la noche.

Estrenar: si uno va al estreno de una película en inglés se utiliza el verbo release, pero en español estrenar se refiere también a utilizar una prenda de ropa por primera vez. Una actividad muy especial para muchas personas. Hoy estrenaré un vestido nuevo.

Vitrinear: se relaciona un poco con el concepto anterior. Las vitrinas son los escaparates donde las tiendas exponen sus productos. Vitrinear por lo tanto, es el verbo que indica la acción de salir a recorrer los escaparates sin necesariamente tener como fin último la compra. Salgamos a vitrinear es una invitación a salir a visitar tiendas, sin necesariamente comprar. Es más bien una invitación a pasear.

Aquí viene un bonus track: la vergüenza ajena es un sentimiento muy divertido, no todas las culturas lo tienen, pero creo que la expresión se entiende en sí misma. Es un sentimiento prestado, pues aquí uno no se siente avergonzado por lo que uno hizo, sino que por lo que hizo alguien más. En inglés vendría a ser algo así como to feel embarrassed by someone else, aunque no es exactamente lo mismo, pues con esa frase lo que se está haciendo es racionalizar el sentimiento.

Ojalá hayas disfrutado de la lectura, sigue visitando el blog de iScribo para seguir conociendo un poco más acerca del mundo que gira alrededor de una lengua tan linda como es el castellano. ¡Aquí te esperamos con más temas de tu interés!

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